viernes, 16 de julio de 2010

postheadericon La defensa personal de los asesinados por la dictadura Pinochet

La defensa personal de todos los asesinados por Pinochet ha quedado en agua de borrajas, ya que una vez muerto el comprometedor personaje (1), parece que ya no hace falta poner las cosas en su sitio ni revindicar ni restaurar la dignidad y los derechos de los miles de personas que Pinochet, en connivencia con otros militares y servicios de inteligencia tanto chilenos como extranjeros,  anularon durante la dictadura chilena.

La historia enjuiciará probablemente la suciedad con que se procedió en aquella época, pero esto no basta, esto no debería bastar; porque a pesar de que estos miles de personas y sus familiares hayan desaparecidos, es de justicia que quedaras claros los cargos de asesinato contra los culpables, pero no sólo esto, sino también las razones por las que esa estrategia sucia se llevó a cabo. También sería lógico pensar que deberían quedar en evidencia todos aquellos quienes apoyaron antes, durante y después de la matanza, así como las razones por las que lo hicieron.

La cuestión no es de menor calado, ya que si la justicia no realiza esta labor, no cabe pensar otras razones más que esté previsto que todo esto pueda volver a suceder.

La estatura marcial de aquellos criminales cuya escuela parecer haber sido la norteamericana está evidentemente fuera de toda duda, es nula; la ética y el sentido común se profanaron en nombre de una supuesta patria e incluso de Dios.

Resulta triste comprobar lo cierto y justificado que es el escepticismo de grandes hombres como José Saramago y otros, cuando pensaban que esto no tiene remedio, que nada será mejor si el mundo no reflexiona y recupera su dignidad y decencia.

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