viernes, 16 de julio de 2010

postheadericon La defensa personal de los asesinados por la dictadura Pinochet

La defensa personal de todos los asesinados por Pinochet ha quedado en agua de borrajas, ya que una vez muerto el comprometedor personaje (1), parece que ya no hace falta poner las cosas en su sitio ni revindicar ni restaurar la dignidad y los derechos de los miles de personas que Pinochet, en connivencia con otros militares y servicios de inteligencia tanto chilenos como extranjeros,  anularon durante la dictadura chilena.

La historia enjuiciará probablemente la suciedad con que se procedió en aquella época, pero esto no basta, esto no debería bastar; porque a pesar de que estos miles de personas y sus familiares hayan desaparecidos, es de justicia que quedaras claros los cargos de asesinato contra los culpables, pero no sólo esto, sino también las razones por las que esa estrategia sucia se llevó a cabo. También sería lógico pensar que deberían quedar en evidencia todos aquellos quienes apoyaron antes, durante y después de la matanza, así como las razones por las que lo hicieron.

La cuestión no es de menor calado, ya que si la justicia no realiza esta labor, no cabe pensar otras razones más que esté previsto que todo esto pueda volver a suceder.

La estatura marcial de aquellos criminales cuya escuela parecer haber sido la norteamericana está evidentemente fuera de toda duda, es nula; la ética y el sentido común se profanaron en nombre de una supuesta patria e incluso de Dios.

Resulta triste comprobar lo cierto y justificado que es el escepticismo de grandes hombres como José Saramago y otros, cuando pensaban que esto no tiene remedio, que nada será mejor si el mundo no reflexiona y recupera su dignidad y decencia.
domingo, 10 de diciembre de 2006

postheadericon El General ha muerto

Queridos amigos y familiares;

En el día de hoy ha fallecido el General, imagino que todos lo oiréis en las noticias, el General ha muerto, se nos ha ido... Pocas veces he lamentado tanto que alguien falleciera tan rápido, que se declarara obituado a alguien de una forma tán fácil, claro está que con connotaciones bien diferentes a esta ocasión respecto al resto de los casos...

Pocas veces he deseado tanta vida a alguien, que viviera más de cien años, ciento cincuenta años... dos cientos años...

Quedan otros Generales de allí... vivos, a los que deseo una vida larga... muy larga, una vida interminable... El General ha muerto y sin embargo no muere con él todo el dolor que fué capáz de producir en tantas personas y a tantas personas, tantas generaciones son las que le recordarán, tantos los que recordaremos su gesta heróica y patriótica como pocas hubo en la historia reciente de la humanidad.

El General ha muerto y sin embargo no mueren con él todos los muertos, todos los torturados y maltratados, gente sin cara y sin nombre que está en quién sabe cuántas tumbas anónimas, en quién sabe cuántos mares preciosos.

El General ha muerto hoy y no nos ha dado tiempo de mantenerlo con vida para que siguiera disfrutando de su gran obra.

El General ha muerto y a pesar de ello, seguirá vivo en nuestra memoria para siempre.

El General ha muerto y yo, que pensaba dedicarle alguno de mis más lúcidos pensamientos, sin embargo no puedo, me siento apenado y abrumado por esta trágica, repentina y rápida desaparición y esto me impide el poder expresarme con la claridad que hubiera querido.

El General ha muerto y sin embargo me gustaría pensar que esto es un mal sueño, que esto forma parte de ese mal sueño que él y otros como él han ayudado a recrear durante tantos años, mientras reinaban impúnemente en los dominios innombrables del mal, y yo, yo quisiera que el General viviera para siempre... y puesto que él así no lo ha querido... el muy travieso... ya que él se nos ha escapado... sólo pido que el General esté a la derecha de Dios Padre, para que nuestro señor no lo suelte jamás, para que jamás le permita volver al mundo de los mortales... y lo tenga en su gloria para siempre, que lo beatifiquen aqui en nuestro mundo y expongan su imagen en todas las iglesias de esta tierra, para que no podamos olvidar nunca jamás al General.

Y así, manteniéndolo en nuestra memoria, tengamos una pequeña, pero real posibilidad de no volver a ver repetida la historia del General.

Quedan muchos Generales como este, quizás no tan ilustres, quizás no tan conocidos, quizás no tan respaldados, quizás no tan Generales como Don Augusto Pinochet, confiemos en que vivan muchos años, muchos más que el General, así tendrán tiempo, ellos y nosotros, de poder ver escrita la historia, su historia, en los libros que los niños aprendan, para que JAMÁS, NÚNCA MÁS... se vuelva a repetir otra vez la historia de nuestro General ni de todos esos otros Generales.

Recemos una pequeña plegaria por el alma de El General, esa misma que él pretendió negar a tantas madres, a tantas esposas, a tantos hijos, a tantas abuelas, a tantos amigos... y así asegurar su permanencia a la diestra de Dios Padre, para que El Señor, ahora que se lo ha llevado, antes de tiempo, nos líbre de su presencia física en este mundo para siempre. Sería muy bueno si todos los maestros de artes marciales de buena fe, se hubieran puesto de acuerdo, y le hubieran enseñado a este General un poco de civismo.

Os ruego me disculpéis por esto, un abrazo para todos